UN CLARO DÌA DE OTOÑO
Un claro dìa de otoño, cuando las hojas caían
sentí como tu partida, arreciaba en las paredes del alma.
viento frìo en la espalda, provocado por tu ausencia.
No querida, si sentida , dolor que recorriò las venas.
Versos leyendo estrujaba, en mis manos ya dormidas,
angustiada, adormecida, de quebranto releìa. Mientras
làgrimas caìan, por mis mejillas dolientes. Sintiendo
sobre mi frente, amor prohibido, el sentido de quererte.
La distancia estremece cuando la vida es el eje de tanto
desequilibrio. No produce nada alivio, sino mucho pesar.
Porque amar es desear a tu lado, al ser al que tu sueñas.
Mientras todo en esta duda se asemeje a una condena.
Por eso siento trago amargo, esta distancia que duele,
que tal vez es ignorar, que sucede con tu mente.
No contestaré preguntas, espero el tiempo conteste
siempre estará presente, la libertad es la respuesta.
Mientras tanto siempre espero, aun con desesperanza,
porque el amor no es balanza, que se mide ni atesora.
El amor tampoco implora se da aunque a veces pida,
simplemente porque vibra desesperado en tu Alma.
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