SÓLO TÚ
Sólo tú, nadie más que tú, eres esa ráfaga,
que despierta, mis
deseos, mi esperanza.
Sin palabras que fluyen tantas veces en boca y
sentido, de la especulación o conveniencia.
No comparo ni interesa el decir, sólo sí, sentir.
El sentir que tantas veces aprisiona y destroza,
en desesperación. Porque el amor es sublime,
es fortaleza y
sufrimiento, ante el imposible.
¿Querer, acaso es decir, para atraer o convencer?
Querer, es ese invisible que cruje en las venas,
Que nadie ve, ni comprende, que mudo, sólo ama.
Es el Alma de quién cree, quién espera, quién admira
humildad, pobreza, sinrazón, desvelo y
desventura.
Amar es la gota que diluye en un vaso, en la espera.
Amar es respeto y adoración, por la pena y el dolor.
En las buenas o en las malas, sin esperar recompensa,
solamente entrega desinteresada, con felicidad por dar.
Todo esto y más he aprendido en esta vida regalada,
Por Dios, que día a día me enseña que es el “AMOR”.